martes, 19 de julio de 2011

De la Ciencia a la Ideología hay Crisis de diferencia. Opinión.


Nadie puede esperar una digestión suave del denominado subprime español. Entre 1998 y 2008 se iniciaron 5,5 millones de viviendas en España, muchas más de las necesarias. El parque especulativo es enorme y hoy se dice que existen entre 700.000 viviendas nuevas sin vender (según Fomento) y 800.000, según el servicio de estudios de Catalunya Caixa. Hubo años en los que España construía más casas que en Reino Unido, Francia, Italia y Alemania juntas y hoy toca pagar la factura.   
        Esto dice el diario El País de España el lunes 18 de julio del 2011, y ese informe del difundido medio  advierte del preocupante clima no sólo de España; donde el paro laboral es oficialmente del 21%; sino de todos los países de la región que dentro de esa misma concepción económica fijada por los bancos para colocar en deudas hipotecarias sus excedentes financieros, avanzó hacia una crisis global desde al menos hace dos años. El recurso de invertir el dinero propio comprando deudas de bienes reales durante década ha sido un buen negocio, durable en seguridad hasta que algunos tomadores  dejan de pagar y el cálculo matemático de recuperación del lo prestado se va al descenso. O más o menos así a veces es el final.       
         Pero en este caso ese desenlace era previsible ya en el año 2008 cuando Alan Greenspan, que presidiera la Reserva Federal en Estados Unidos hasta el 2006,  admitiera su error al no controlar mejor el mercado financiero y que esa desregulación traería daños irreparables en la economía mundial si no era conjurada a tiempo. Una confesión también fuera de tiempo porque ya la realidad no esperaría y por entonces empezaba a ser impiadosa por los millones de recuperaciones impagas y colocaciones ya muy riesgosas dentro de un clima cada vez  menos previsible.  La estampida En los Estados Unidos no fue inmediata pero derivó en una suba notoria en la tasa de descuento de la Reserva Federal,  - del tres al cinco por ciento y primera alarma del sistema- y siguió con un inesperado aumento del combustible que afecta al norteamericano medio mucho más que a nadie en el mundo. Igualmente por entonces pocos inversores aceptaban  la cercanía de una crisis más seria y profunda, pero la perversión casi suicida de sostener los niveles de ocupación en USA instó más todavía a desmadre de aquella ‘burbuja financiera’ de hipotecas incobrables. Con el mismo estilo de reiterar explicaciones confusas o similares a las que hoy se imitan en los países de Europa, aquello sorprendió a muchos recién llegados al juego y en algún caso como sucede actualmente en Italia a enfrentarse a una realidad que no perdona. Toda esta representación se repite; a pesar de las demoras en aceptarla y el entramado de los grandes bancos de inversión complicados en la maniobra de ocultamiento es una película que también hemos visto en la Argentina alguna vez. Por ejemplo cuando el entonces gobierno de los radicales ‘acorraló’ los depósitos bancarios en el año 2001 y existen todavía muchos recursos de amparo judicial de los ahorristas sin recuperar su dinero.  Y eso sí, tanto aquello en Argentina como esto actual  en Europa opera en defensa de las entidades financieras que actúan en el planeta sin ningún riesgo posible de perder dinero; ‘eso y por profundas convicciones, jamás’.  
      Ante otros síntomas pero con la misma dolencia, hoy es bien sabido que cualquier salvataje financiero es inaplicable, teórico, y cada medida acaba en una distracción transitoria ante la dureza de cada cifra cotidiana, que en estos día y en España informa de una actividad económica en receso y el aumento del paro laboral. Por lo demás se presiente que la aplicación de seguros al desempleo sería poco sostenible ni siquiera a corto plazo, no solamente en España sino en el resto del panorama europeo que tiende a extenderse, y todo acontece a pesar de los desgastes oratorios entre los políticos que en cada país involucrado se culpan más menos deportivamente entre ellos; y hasta la renuncia pedida en España al presidente Rodríguez Zapatero ya sugiere haberse hecho sin mala intención, digamos….
       Los feroces reflejos del malestar económico en Europa y las dificultades que soportaría USA de no ampliar su plafón o alcance del propio  endeudamiento que les evitaría entrar en cesación de pago; algo impensable hace muy poco; por ejemplo ya mismo habilitaría a debatir con seriedad algo sustancial a la supervivencia de todos. Digamos que al menos y sin pretender una extensa fundamentación estructural sería bueno,  inteligente y saludable que se precisaran mejor los términos de aquello  considerado Ciencia Económica. Es la misma con sus doctorados y profesionales en actividad reconocidos por el Sistema Económico, una Ciencia, o si más que una ciencia con todo el rigor técnico de pruebas y contrapruebas, no sería más sensato dejar de calificarla como tal ya que más sencillamente, se trata de una Ideología nutrida de cualquier pastiche teórico incierto en su resultado, pero bien apropiado y certero en perjudicar a los de abajo. Este malentendido sería muy saludable aclararlo ya mismo,  así todos sabemos mejor en qué consiste el juego. Digamos. (julio 2011).
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lunes, 4 de julio de 2011

Fuerte, abajo y lejos de Michel Foucault. Cuento.

     Cualquiera que atajara la pelota que a Jorgito Chopin le sacudieron aquel sábado en San Isidro, no hablaría de otra cosa. Pero en el vestuario él solamente acarició sonriendo los guantes color rosa que protegían sus dedos de pianista y no dijo ni media palabra… .
    El partido contra esos locales de dientes apretados con gente siguiendo el juego en cuatro escalones de un costado, a los Once Corazones no los entretuvo. A pesar del bienhechor sol de octubre y tantas minas vistosas alrededor, - sin atender a los pibes que los insultaban- ellos como siempre salieron a jugar prolijo y sin revolear la pelota a cualquier parte. Y de inicio nomás chocaron con unos atletas con camisetas de rugby y pierna  fuerte que protestaban todo, así que el plan de juego fue no discutir con nadie y bien protegidos atrás, el Nene y Cacho de punta ya tendrían su contragolpe. Pero el ambiente se iría calentando; jugadores, socios y familiares del San Isidro le reclamaban al referí un reglamento propio, el ‘¿qué cobrás hijo de puta?’ a él y sus líneas los hacían tres temerosos personajes, en tanto a los Once los irían identificando como ‘negro de mierda’ o ‘judío asqueroso’.  Y  al habilidoso narigón Aguilera una señora, - buenísima y embutida en un conjunto deportivo blanco- le aconsejó ‘zurdo putito, no te hagas el vivo que te hacemos desaparecer’.  
       Con poco juego y menos palabras se fueron al descanso empatados en cero,  y por la mitad del segundo tiempo el Nene embocó un derechazo de unos veinte metros y un golazo que casi ni gritaron. Entonces sin gran despliegue se irían retrasando buscando que la bola anduviera lejos de Jorgito Chopin y fuera pasando el tiempo. Once Corazones tenía muy ejercitado ese libreto y sacarlos de eso le era difícil a cualquiera, así que sin grito ni exhibición porque la hinchada íntegra local ya les puteaba la tercera generación, llegando el final uno a cero el referí agregó dos minutos de descuento. Que luego de transcurrir y volver a mirar su reloj, unos tipos de pelo corto entraron al campo y chau con la elegancia y el ‘fair play’; uno de bigote le recordó  al referí cierto reglamento no inglés ‘vos de aquí no salís, la puta que te parió’, otro le manoseó el cuello y reglamentariamente, el partido prosiguió dos minutos más.
       Así que seguirían centros desprolijos al área de Once Corazones,  despejes ya sin orden para salir jugando y llegó por ahí una bola  inocente, y penal a favor de San Isidro  cometido por el hombre invisible. Fervoroso griterío de aprobación y en segunda escena Jorgito Chopin ajustando sus guantes rosas y los Once Corazones mirándose en silencio. El petiso número seis de San Isidro alisó con la pelota el pastito  exigiendo ‘que no se adelante el arquero’, el referí cerca de Jorgito le gritó ‘usted no se mueva de la línea’ y algo menos estridente antes de la ejecución. Jorgito se hamacó en un reflejo, el zurdo retacón con tres pasos de carrera sacudió un disparo seco abajo a la izquierda y la bola hizo ‘chaf’ contra los guantes rosas de Chopin. Además de irrepetible, una atajada espectacular  que al desplomar un silencio metálico en el entorno ni advirtió que Jorgito sin ostentar ni mostrando la pelota sacó rápido para el Nene, solo allá adelante, y ya sin querer más el referí heroico  pitó el final. Lo mismo jugadores y público del local, perdiendo entusiasmo,  lo manosearon y putearon hasta el vestuario pero el hombre sobrevivió.
       El penal que atajó Jorgito Chopin debió ser el comentario pero enseguida la tarea fue ducharse para irse lo antes posible. El arquero apenas se sonrió consigo mismo ante sus  ‘guantes mágicos color rosa’ y recién comentó el asunto en el tren de vuelta con el Quelo Varela, el vendedor de libros.
- Ese referí resultó un turro de no creer. El tipo sabía como pateaba el petiso y me gritó ‘no se mueva de la línea’, y entre dientes ‘abajo, a tu izquierda’.
- Es increíble; esa fue una demostración de Poder con mayúscula,
- … y qué lástima Quelo no preguntarle ahí mismo si era un lector de tu amigo Foucault - y se cagaron de risa.
Eduardo Pérsico nació en Banfield y vive en Lanús, Buenos Aires,

Una instancia donde la realidad retorna a ser la verdad. Opinión.

  Una instancia donde la realidad retorna a ser la verdad.
                                                   
                   y una puesta en hora de aquello sustancial de la humanidad pidiendo que comamos todos                      

               Cualquier palabra gana, pierde, se envilece o jerarquiza según cómo y donde se pronuncie, en cuanto ese término ha sido el valor más integrador de la especie. De la manada en adelante incluyendo sus separaciones, luchas y postergaciones, la palabra enlaza lo reciente con lo ya adquirido por el individuo y si ese signo se malversa o traiciona el daño perjudica íntegramente al grupo o especie, y por lo mismo vale tanto desde qué Poder se dicen las ‘verdades. La historia íntegra es ya un ejemplo y no de casualidad el Napoleón Bonaparte por ahí advirtió que ‘un Idioma era un Dialecto con un ejército detrás’. Esa fuerza suficiente para  construir el pensamiento colectivo es notoria: el uso del castellano entre nosotros en desmedro de las lenguas nativas resumiría con qué palabras y desde dónde el Poder logra malversar cada historia.  
                      Hoy mismo y cuando los engendros económicos de los centros mas importantes del Poder por atenuarle al capitalismo financiero el cenagoso terreno por donde ambulan la  producción y consumo, -madre de todas las batallas- Grecia, España y otros deben desechar ‘los activos tóxicos del sistema’, antes llamadas Deudas, y los ya actuales y venideros Desocupados son ‘candidatos a percibir un seguro social’ que aunque jamás logren percibirlo, resuena menos doloroso. Asimismo y usando sus propios recursos idiomáticos los grandes medios de la información universal suelen contarnos que los muertos por los ‘bombardeos erróneos‘ son apenas ‘daños colaterales no deseados’, y así también le ordenan al mundo que cualquier entredicho entre ‘buenos y malos’ se falsea y extrapola a voluntad. A saber y en estos días, la detención por violador del máximo funcionario del FMI Strauss Kahn, - que alguna vez no coincidiera con el concilio de Washington- la pronta asunción en su lugar de la francesa Christine Lagarde y el ingreso a escena de otra mujer reclamando justicia por un ataque similar de Kahn hace diez años, son un buen ejemplo. Desde lo espectacular y para semanarios ‘del corazón, este enredo resultó  atractivo y suficiente para excluir los intereses económicos y políticos que se movieran tras semejante cambio en el FMI en instancias tan complejas en varios  países de Europa. El asuntito no altera que ante las órdenes superiores cualquier acusación, cierta o fraguada, no es un descubrimiento contemporáneo y no existe lugar del mapa donde la realidad más  incuestionable no sea desdibujada de algún modo. Hasta ahí los desacuerdos y las certezas, pero actualmente acontece un período histórico de creciente movilidad social donde también las grandes multitudes desechan esa impune manipulación. Acaso sea una puesta en hora de ciertos  aspectos sustanciales de la humanidad pidiendo que comamos todos, bien puede ser, pero a eso se le agrega una activa reclamación popular y una dinámica en sus manifestaciones inesperada por las grandes corporaciones y socios menores. La gente en la calle que mucho pero mucho preocupa al Poder, hoy discute desde la instrumentación de los paraísos del capitalismo a los verdaderos cimientos de su ideología. No son todos reclamos menores con sentadas de alguna plaza ni en la exhibición de los indignados en la Puerta del Sol, y ante ese fenómeno caen en desgracia ciertas usinas de la opinión interesada, maniquea o calumniadora. La movilidad de las multitudes que tiende a permanecer se irá agudizando si la cuestión de la subsistencia económica se acrecienta y con más o menos  matices todas cuestionan con tanta dureza a los medios de comunicación que sin duda, le restan cada día más predominio y credibilidad sobre la sociedad. Y de paso nos anoticia a todos que la vieja convicción de aceptar sin relectura toda especie publicada, ya fugó del inconsciente colectivo y mucho antes de lo pensado por el mismo Poder.  
    Y sobre la veterana credulidad me permito recontar algo escuchado al poeta Cátulo Castillo: en una peluquería de Buenos Aires discutían con fervor si era cierto que un español llamado Baigorri Velar había traído a la Argentina una máquina que hacía llover donde fuera. Sería por los años treinta, y el joven ayudante del peluquero le gritó a Castillo que no lo creía ‘che Catulín, ¿cómo eso puede ser mentira si está escrito encima del diario? Esa vez, risas aparte se acabó del debate, pero ya crecida la convicción de que no existe medio informativo sin manipulación ideológica eso implica un avance sustancial en las relaciones no solamente de poder sino las inherentes a lo cotidiano. Ese novedoso bagaje de percepción crítica de lectores y televidentes en todos los niveles empieza a exigir, - sin éxito ya ni en lo inmediato, por supuesto- que los medios en general y no solamente corporativos deberán mejorar la objetividad hoy ausente en cualquier enfoque.  Asunto que sucederá por la imposición de una realidad que pese a sonar como un confortable lugar común, es la única verdad. Aunque las corporaciones del Poder se resistan a pura falacia discursiva. (7/2011).
Eduardo Pérsico nació en Banfield y vive en Lanús, Buenos Aires, Argentina.