viernes, 11 de mayo de 2012

El muy confuso liberalismo económico.


EL MUY CONFUSO LIBERALISMO ECONÓMICO.
                                      
                                      
                                                     Eduardo Pérsico.
                                               La economia no es ninguna ciencia. Es
un juego de cartas con pretensiones. Enrique                            Silberstein.     .                                                        
        Según la economista norteamericana Ellen Brown en ‘Telaraña de la Deuda’, último de sus once libros, el ‘Vampiro’ de Goldman Sachs ‘un cartel privado usurpador de el poder de crear dinero’. luego de haber obtenido en los Estados Unidos rescates bancarios por varios millones de dólares, fracasó en el año 2008 para lograr del mismo gobierno norteamericano un Fondo Permanente de Rescate o Alivio para Activos en Problemas que cubriera íntegro al sistema financiero; un exceso incalculable. Y afirma la investigadora que sin embargo ese proyecto de ‘rescate irrevocable y permanente´, tuvo éxito en Europa, el hoy llamado Mecanismo Europeo de Estabilización fue aprobado y el ‘golpe de los banqueros’, según Brown triunfó en toda la zona Euro. Recurso que expone a los contribuyentes a cada requerimiento que los eurócratas financieros le demanden, en una indudable maniobra de liberalismo económico  a ultranza de ‘primero salvemos a los bancos’. Logro de la Goldman Sachs en trasladar sin discusión la crisis a los países europeos adheridos al euro, por más que semejante apropiación del dinero ajeno cargara de incredulidad a todo el sistema.      
                                              
     Por sus decadencias crece la duda conceptual que enfrenta hoy el neoliberalismo económico, algo apreciable ante los resultados electorales que se dieran en las últimas elecciones en Europa. Como tampoco lo fueron electoralmente efectivas tantas indicaciones y arengas a lo países emergentes de América Latina, reiterativas en que aquí se aplique la más absoluta libertad de comercio y sus propios planes de una ‘modernización’ dejando ya mismo la explotación de nuestras riquezas naturales en manos privadas. Para ellos, su eficacia técnica es sin duda más racional y efectiva que la de cualquier estado latinoamericano; una graciosa por desinformada Verdad instaurada por los teóricos de esa concepción económica, tan convencidos de saberlo todo. Y por semejante irrealidad objetiva, el neoliberalismo económico y privatista no aprecia ningún atisbo favorable a un país latinoamericano, y sin mucho arsenal  teórico descarga su malestar en contra del nacionalismo irracional, el populismo autoritario y otras simplezas contra todo gobierno que disponga jurídicamente de sus bienes naturales. Una decisión inherente a cualquier Estado que significa ejercer el derecho de cada país a proteger el futuro de sus habitantes, algo que jamás es una débil aspiración. Ese malestar de los gobiernos de otros países por estimarse tan modernos y centrales, hoy lo soportan sus propios habitantes ante el atropello de una  economía basada en la especulación financiera y no en la actividad productiva; un perfil al menos humillante.

      Algo primordial al capitalismo es una buena  ocupación de la mano de obra, que por sí misma amplia y multiplica los participantes al estado de bienestar. Sin el empleo absoluto que el empresariado no utiliza como regulador del trabajador, toda buena ocupación genera una demanda y es un elemental principio que durante los últimos años despreciaran los seguidores de Goldman Sachs por toda Europa. Un desenfreno financiero dominado por un sector de carteras bancarias que ya ocasionaron masivas desocupaciones y pérdida de los beneficios sociales del gentío. Un asunto que en muchos casos, los mismos trabajadores culpan del desastre económico al exceso de inmigrantes.  ‘Que ya son más de los soportable por  nuestro país’, anunció el francés Sarkozy en plena campaña electoral; y en aquello de culpar al enemigo equivocado, a la inmigración se le atribuye en toda Europa muy baja capacitación. Por un arraigado clasismo tan desafortunado en este siglo veintiuno, que hasta nos permite intuir que al frenarse del todo la rueda la rueda económica tampoco protegerá a los profesionales universitarios que sin el aporte de quienes elaboran la riqueza generalizada, no la pasarían muy bien. Sin producción detrás ellos también se matarían de aburrimiento en su gabinetes profesionales en cuanto por esa  implacable regla económica que bien saben los hacedores del capitalismo, - injusto pero verdadero- la producción y el consumo deben ser lo más generalizado posible. Algo tan desatendido en los países de Europa, centrales o no, hoy España exhibe una desocupación creciente y en la calle a los Indignados hace ya un año. Más otras imprevisiones del gobierno de Mariano Rajoy, quien luego de enjuiciar duramente de intervencionista y confiscadora a la Argentina por renacionalizar las acciones de Repsol en Yacimientos Petrolíferos Fiscales, el miércoles 9 de mayo del 2012 tomó en pago como paquete accionario más de cuatro mil millones de euros que la casi quebrada financiera Bankia debía al Estado Español, y anunciara  de paso ‘otras buenas decisiones para los bancos en estos días’. ¿En qué quedamos frente a un régimen tan contradictorio? Cierta duda que al menos vale preguntarse. (mayo 012) 
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Eduardo Pérsico nació en Banfield y vive en Lanús, Buenos Aires, Argentina.
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www.eduardopersico.blogspot.com

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