Esos
comunicadores sirvientes del Poder y otras especies.
Por
Eduardo Pérsico.
… y quien supone que todos los demás son giles, al final pierde por gil.
(Sentencia
lunfarda)
En tanto el
siete de diciembre próximo de entrar en plena vigencia la nueva Ley de Medios
Audiovisuales en nuestro país, crece la tensión en los sectores de esa
actividad y también en el arco político más involucrado en la cuestión. Hecho
más bien sospechoso si sólo se debe aplicar una ley sancionada por las cámaras
legislativas, y luego avalada para su aplicación por la Suprema Corte de
Justicia de la Nación. Y
si los monopolios obligados a desinvertir hoy lo hicieran civilizadamente, tal
vez ese mecanismo evitaría pérdidas en el mercado laboral de la actividad. Pero
y atentos a que todo Poder reacciona con la violencia proporcional a su
interés, en Buenos Aires y alrededores surgieron hechos criminales generados
por grupos orgánicamente ajenos y hasta disociados entre sí, limitando con
preferencia la circulación en la ciudad de Buenos Aires. Paros imprevistos en
los ferrocarriles, cortes de energía eléctrica y según sucediera las últimas
dos semanas, con una intempestiva
revuelta gremial de la
Gendarmería y la Prefectura frente a la Casa de Gobierno. Algo bien
amplificado por un periodismo que también y por esos días, hicieran obesos
papelones en la última elección de Venezuela , hasta denunciando el secuestro
del enviado de Clarín. Una ordinariez que sumada al anuncio sin datos oficiales
del triunfo de Henrique Capriles sobre Hugo Chávez, redondearía un fabuloso delirio informativo.
. .
Por estos días
los medias en Argentina exhiben la misma impunidad operativa del año 2008,
cuando los sectores del campo en su rechazo al aumento de retenciones a la
exportación, y pretendieron reeditar aquel escenario con marchas y obstrucción
de calles y edificios por un sublevado personal de Gendarmería y Prefectura; un
asunto muy grave. Y todo con el aliento de los periodistas servidores del
Poder, políticos de escaso relieve electoral y confesos evasores de impuestos
amenazando al gobierno nacional. Cuando los medios informativos fogonearon en
el 2008 la demanda de los dueños de la tierra, - que versearían ‘al sembrar
estamos haciendo patria’- se apuntó a desestabilizar al gobierno nacional que
dispusiera cobrar más retenciones a la exportación; ‘y eso lo hicieron sin la
autorización explícita de nuestro sector’, versearia entonces un dirigente de la Sociedad Rural como si la
gestión republicana la autorizaran ellos. Aunque unos cuantos meses después más
del cincuenta por ciento del gentío votó por la prosecución del gobierno en
ejercicio, desafuero popular que estos ‘medios de comunicación’ siguen sin
digerir. (Y un poco al margen, esa prístina ignorancia de los diarios
principales de Argentina ya fue sugerida con más pulcritud, obviamente, por el
Jorge Luis Borges y el Julio Cortázar; ambos muy valiosos escribas que por más
tango y milongas de la nostalgia pero sin conexión corporal y cierta con los
atributos de la realidad, tanto tardarían en apreciar esa litúrgica
escenografía populista y hasta ‘grosera’ del peronismo en la calle, Pero, qué
le vachaché).
A veces es
múltiple la tozudez de los medios ante un electorado bien difícil de capturar y
que al acto de votar ‘no come vidrio’, una actitud mayoritaria que los grandes
medios persisten en ignorar pese a las elecciones en América Latina y la
última en Venezuela lo demostró
sobradamente; no jodamos.
Y este pergeño
destituyente del año 2012, tiene sus
recordables precedentes. La destitución al gobierno radical de Arturo Illia en
1966 no fue por la sanción de una ley de
medicamentos, - según se repite- sino por la
negativa del presidente argentino a tomar un préstamo externo de unos
diez mil millones de dólares, y acaso más. Los actuales radicales ignoran eso
para no ser apartados del Grupo A, y poder sumarse a un grupo cerrilmente
reaccionario; y que don Hipólito Irigoyen los perdone… Pero sigamos; aquel
operativo del liberalismo económico contra Arturo Illia y sin contar las
falencias inigualables de la presidenta Isabel Martínez de Perón en 1976,
también llegaría a su gobierno que debía al exterior unos cuatro mil millones
de dólares. Y casi los mismos servidores locales de la banca financiera
mundial, -cuyos hijos y nietos hoy
persisten- la forzaría a tomar
obligaciones externas por varias veces esa cifra. Luego del infame y aciago
período militar, ese mismo libreto financiero liberal entró con sus ‘atributos’
de modernidad durante el peronismo de Carlos Menem y Domingo Cavallo, algo que
vaciara de contenido la mínima promesa del peronismo original. Ese artilugio
bancario de generar dinero del mismo dinero, un suicidio económico implacable
hoy con Europa y en Argentina nos aplicara el delictivo corralito bancario
sobre los ahorros del año 2001, lo dice todo. Y llámese keynesiano,
industrialista o según sea, esa variante
productiva apunta a ocupar mayor mano de obra y nuevos consumidores al mercado.
Algo ajeno a cualquier brujería prestamista que al estallar genera volúmenes
incobrables donde los únicos cubiertos son los bancos y el resto, que se
arregle como pueda.
Los medios de comunicación tan diáfanos
en sostener que la realidad recién existe si ellos lo anuncian, hoy entorpecen
la aplicación de una ley que quizá también roce sus intereses en la malhabida
empresa Papel Prensa; otra entrega recibida de los mismos militares que
castigaron al país con muertos, desaparecidos y la apropiación de niños recién
nacidos. Asuntos que deberían considerar más estos defensores de la libertad de
prensa, según ellos se mencionan.
Eduardo Pérsico nació
en Banfield y vive en Lanús, Buenos Aires, Argentina.
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