Momento Irrepetible.
Del silencio a la sombra la luz teje su trama
prolija, minuciosa, sin dejar una hilacha.
A bullicio los pibes van cubriendo la escena
y al abrirse la escuela, ya entonces entra el día.
Convención de torcazas, vaivenes, revoleos
y atávico misterio a perderse lejano.
Cada instante protege su perfil más oculto,
con ecos y sonidos de rumor callejero.
El momento es flamante,
único, recién hecho,
con cielo más opaco y verdor melancólico.
Ahí cruza la vecina que ni siquiera mira
y ya se desmelenan las ansias por el barrio.
Eso sí que es la vida, no jodamos.
Sin respuesta probable me abruma el universo
y hoy quizá necesite imaginarme dioses
que certeros acierten tanto enigma y mis ojos.
Pero ninguno de ellos, aún, me ha convocado.
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